A veces pensamos cómo sería nuestra vida si la hubiéramos vivido de otra forma. Esas miradas al pasado no debe crearnos ansiedad, porque la vida la estamos viviendo ahora y de aqui hacia adelante.
Antonio Machado en uno de sus poemas se lamenta del paso del tiempo y de una juventud sin amor. Es bella la poesía pero no debemos convertir nunca sus versos en una obsesión.
La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil.
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
—recordé—, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar…
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!