Hoy traemos una entrevista realizada en nuestra sala de chat con una psicóloga espeializada en las terapias de grupo.
Nuestra invitada es Nerea Martínez Bermejo. Psicóloga Cognitivo-conductual, Licenciada en Psicología (R. clínica) por la Universidad de Deusto. Inició su formación en terapias grupales en Santiago de Chile, concretamente en la Universidad Alberto Hurtado. Durante su formación trabajó como mediadora familiar. Su interés por la clínica le llevó a la intervención vinculada a trastornos mentales graves, tanto a nivel individual como grupal. A nivel educacional y preventivo participó durante su estancia en Chile en el A.T.E (Asesoría Técnica Escolar) con objeto de asistir y prevenir carencias del desarrollo educacional. En la actualidad trabaja en la Fundación Eragintza, siendo la terapia grupal el eje de su labor. Además junto con su socia, Miren Itxaso Martínez Cubillos, trabaja de forma autónoma en la atención a trastornos del ánimo y trastornos de ansiedad. Para más información: gabinetepsicologico.leisan@gmail.com
– Hola Nerea, te hemos invitado para que nos cuentes un poco de la terapia grupal que desarrollas. Aquí nos leen personas con problemas de fobia social y otros trastornos de ansiedad que pueden ser tratados con estas técnicas.
– Hola, buenas noches a todos, así es Enrique. Muchas gracias por la invitación. Como bien sabes yo estoy creando terapias grupales para fobia social y depresión y estoy encantada de informar y aclarar las dudas que se tengan sobre este tipo de terapias.
– ¿Cómo se organizan esas terapias?
– Digamos que aunque evidentemente la estructura está establecida, siempre dejo que el grupo vaya hablando y vaya marcando la dirección. No obstante, normalmente en la terapia se diferencian cada día tres tiempos. En una primera parte del encuentro, cada uno cuenta lo que le parezca oportuno, bien logros o dificultades. Es entonces cuando interactúa todo el grupo. Los compañeros de una manera mágica terminan convirtiéndose en psicólogos y aconsejan basándose en sus propias experiencias. Esta parte funciona bien para acercarnos a una parte importantísima en los problemas de fobia social, que es la de socializar. Por otro lado, el hecho de que cada uno sea consciente de que tiene increíbles herramientas, bien que no conocía o bien que no sabía utilizar, hace que mejore considerablemente la autoestima. Al final se termina creando un clima de confianza que para muchos se convierte en un importante punto de apoyo y comprensión.
La segunda parte consiste en la adquisición de habilidades sociales, es decir, aprendemos herramientas necesarias para adaptarnos dentro de la sociedad. Para ello existen varias formas y millones de ejercicios. Uno de los que suelo utilizar es el “role playing”, pequeños teatros, simulaciones de situaciones sociales que nos podemos encontrar diariamente y que no siempre resolvemos satisfactoriamente. Se trata de aprender comportamientos y pensamientos para resolver una situación social de una manera aceptable para el sujeto y el contexto social en el que está.
Y la tercera parte tiene que ver con aplicación de técnicas psicológicas utilizadas dentro de un modelo de trabajo cognitivo conductual. Las técnicas utilizadas para la fobia social desde el marco teórico con el que trabajo son: desensibilización sistemática, reestructuración cognitiva, exposición gradual, técnicas de relajación, etc.
¿Esta última parte se hace con la participación también de todo el grupo o es individual?
– Lo interesante es hacerlo en grupo. Ver como un compañero lleva a cabo una de las técnicas es importante para el resto, primero porque motiva y segundo porque actúa de modelo. Para algunas personas con mayor miedo a la participación, ver a sus compañeros es importantísimo. Además, todo lo que se hace en el grupo se va acordando entre todos. Lo importante es respetar los tiempos que necesita cada grupo.
– ¿Cual es el tamaño de cada grupo?
– El número ideal es entre 7 y 10 personas, ni más ni menos. Es mejor formar varios que hacer grupos grandes. Tampoco merece la pena hacerlo de menos de 7 pues se pierden las ventajas del grupo.
– ¿Y tu estás presente de forma continuada?
– Si, aunque hay ejercicios para casa y es importante hacerlos siempre.
– ¿Cómo de frecuentes son las reuniones?
– Depende de lo que demande el grupo. Normalmente una vez a la semana es lo adecuado.
– ¿Cuanto tiempo se requiere para empezar a apreciar una mejoría notable?
– Sinceramente depende de cada persona. Por ejemplo, si estamos ante un caso de una persona que debido a su problema ha permanecido aislada mucho tiempo, el hecho de que vaya a un grupo donde mantenga conversaciones cortas es un gran avance. Y si hablamos de fobias concretas instauradas durante mucho tiempo, probablemente requerirá más para notar mejoría. Lo importante no es correr, tenemos que entender que lo que nos sucede es porque lo hemos aprendido desde hace mucho. El objetivo es reeducar nuestro cerebro y nuestro comportamiento; esto no es fácil y requiere tiempo y esfuerzo.
– ¿Por tu experiencia, ¿esta es la mejor terapia para la fobia social?
– Tengo que confesar que soy una apasionada de las terapias grupales y que cada día me maravillo de lo que pasa en ellas. Yo creo que efectivamente la terapia grupal es lo mejor para la fobia social. De lo que se trata es de ensayar en un grupo reducido para luego salir a la calle y saber defendernos y comportarnos sin sufrir tantísima ansiedad y sufrimiento. También te digo que creo que hay personas que necesitarían combinar la terapia grupal con una individual.
– ¿Se pueden combinar terapias?
– Sí, evidentemente se pueden combinar. Es más en algunos casos se recomienda que se complemente la grupal con una terapia individualizada. Esto se decide tras una valoración inicial entre ambas partes (terapeuta y demandante).
– Supongo que cuanto antes se empiece con la terapia, ésta dará mejores resultados y más pronto se notará la mejoría?
– Así es, cuanto antes mejor. Tanto para un menor sufrimiento de la persona, como para la resolución de la situación.
– Por último, ¿qué piensas de la función que pueden desempeñar estas salas de chat?
– Me parece perfecto que existan estas salas de chat. De alguna manera la gente se «escucha», se comprende, se acompaña y se apoya. Desde aquí animo a la gente también a que se organicen para hacer quedadas, que se relacionen.
– Muchas gracias por tu contribución y, por último, ¿quieres añadir algo más?
– Que espero haber aportado aunque sea algo de luz. Y que en la medida que pueda me comprometo a visitaros periódicamente para poder contribuir a aclarar ideas sobre la naturaleza de vuestros problemas y cómo ir enfocando la salida de ellos.
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Y como epílogo un poco de humor: