Extraigo aquí las que a mi parecer son las reflexiones más interesantes que hace Eduard Punset acerca del desarrollo personal en una reciente aportación de su blog:
El crecimiento paulatino del tamaño del cerebro del feto en una época –hace dos millones de años– en que el homínido se empieza a poner de pie fue, desde un punto de vista energético, un avance fabuloso, pero, desde un punto de vista fisiológico, acarreó un estrechamiento de la pelvis.
La contradicción de un cerebro cada vez mayor y una pelvis cada vez más estrecha sólo tenía una solución: que el feto naciera prematuro. Y es lo que ocurre, nacemos prematuros. Un ser prematuro es un ser absolutamente indefenso.
Resulta que una de las primeras cosas que hemos descubierto en la irrupción de la ciencia en los procesos emocionales es que casi todo se decide desde que el bebé está en el vientre de la madre y hasta que tiene cuatro o cinco años. Cuando digo casi todo, se deciden dos cosas que hemos aprendido a identificar y que son fundamentales en la vida de cualquier persona.
– Una es un cierto sentimiento de seguridad en uno mismo que permite lidiar con el enemigo más atroz que tenemos los homínidos: el vecino, el otro homínido. No hay desafío mayor en la vida que el del otro homínido. Los grandes especialistas neurólogos de la inteligencia explican claramente que la inteligencia es un subproducto de la relación social. Lo que nos hace inteligentes es el contacto con los demás, es el tener que intuir lo que está pensando o cavilando el cerebro del que tengo enfrente; no sea que me quiera ayudar y no sepa cómo, no sea que me quiera manipular y lo sepa demasiado bien. Necesitamos una cierta autoestima para poder, en su día, irrumpir en el resto del mundo, el de los mayores.
– La segunda cosa importantísima que hemos descubierto en los bebés es la curiosidad, que no hay que perder nunca. La curiosidad para lidiar adecuadamente en lo que todos estamos empeñados, aunque no lo queramos admitir, que es conseguir el amor del resto del mundo.
O sea que uno de los descubrimientos esenciales en esta reflexión es la importancia del entorno afectivo que perdura desde la concepción hasta, más o menos, los cinco años.
Fuente original: Blog de Eduard Punset
Que me lo digan a mí, que con dos años ya pintaba todas las paredes de mi casa… A pesar de las broncas, acabé siendo diseñadora ;D
jajaja.
De todos modos yo pienso que eso es muy relativo todo…
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Por eso es que se dice que cuando la mujer esta embarazada tiene que leer y hablarle al bebe por que desde ahi se va formando, ya cuando nace y empieza a crecer son los años mas complejos por que todo se ve de la manera mas pura y una palabra o reacción equivocada por parte de los padres puede modificar su apreciasión de las cosas o sentimientos.
Para mi esta totalmente equivocado corregir con golpes o gritos ofensivos a los niños. http://www.reservasbolivia.com
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Me parece muy interesante. Recuerdo haber leído algo semejante hace mucho tiempo. Nacemos con patrones de conducta, los cuales continuamos desarrollando a lo largo de toda nuestra vida. Algo que no sé como descifrar es saber cuales son las habilidades de uno mismo y servirse de ellas, pues en verdad creo que nos serviría de mucho saberlo, a menudo somos víctimas de complejidad, El tener herramientas para poder salir de ese tipo de situaciones nos beneficiaría como seres humanos.
Rogelio
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