Vergüenza a flor de piel


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El rubor es una reacción natural ante estímulos físicos o psicológicos, pero el miedo a sonrojarse, sobre todo en situaciones sociales, puede derivar en un trastorno mental.

INÉS GALLASTEGUI

Como un tomate. La cara de algunas personas se vuelve literalmente roja cuando pasan vergüenza. El rubor es una reacción fisiológica natural ante estímulos físicos -cambios de temperatura, esfuerzo, consumo de alcohol…- o psicológicos -ansiedad, nervios, vergüenza…- y hay individuos más propensos porque tienen la piel más clara, más fina o con mayor densidad de pequeños vasos sanguíneos. Ciertos sujetos atraviesan un verdadero tormento cuando les salen los colores, hasta el punto de que evitan las situaciones que asocian al enrojecimiento facial. Cuando ese temor a sonrojarse adquiere la categoría de una fobia, algunas personas se plantean someterse a tratamiento psicológico. Otras prefieren un método más expeditivo y optan por la cirugía: la simpatectomía torácica consiste en la extirpación de unos ganglios del sistema nervioso simpático que controlan la circulación de la sangre en la parte superior del cuerpo y está indicado en algunos casos extremos de enrojecimiento facial.

El psicólogo Antonio Luis Maldonado, del Centro Psicológico Alborán de Granada, explica que el rubor forma parte de la reacción de los seres humanos frente a una situación peligrosa, que implica cambios como el aumento del ritmo cardiaco, la tasa respiratoria y la tensión arterial o la dilatación de las pupilas. Esta respuesta inmediata prepara al sujeto «para luchar o huir»: con esos cambios mejora su visión periférica, activa su musculatura y, a causa de la «vasoconstricción periférica», previene un desangramiento en caso de resultar herido. A diferencia de los animales, recuerda, los humanos somos capaces de ejercitar esta respuesta ante una situación peligrosa no real, sino imaginaria.

Hay que dejar totalmente claro que el rubor ni es una enfermedad ni es un trastorno psicológico, sino que es una reacción fisiológica totalmente normal -insiste Maldonado-. Lo que es un trastorno psicológico es la fobia o el miedo al rubor, también llamada ereutofobia» (del griego ‘ereutos’, ‘rojo’, descrita por primera vez en el siglo XIX).

Calor en la cara

El psicólogo explica que el rubor facial llega a producir miedo por dos vías distintas. Por un lado, por «experiencias aversivas directas», es decir, porque la persona ha sido objeto de burlas o risas por ponerse colorada delante de otros, por lo que una sensación que antes era neutra (notar calor en la cara, puesto que uno no suele verse a sí mismo sofocado) empieza a ser temida. El segundo mecanismo es el «condicionamiento clásico» que estudió Pavlov en su famoso perro: «Como ese rubor aparece en situaciones que producen ansiedad, por ejemplo hablar en público o cometer un error social, adquiere la capacidad de producir ansiedad». En cualquiera de los dos casos, el sonrojo acaba convirtiéndose en una obsesión y, cuanto más se le teme, más fácil es ‘encenderse’.

Quien padece esta fobia, destaca el psicólogo, evita las situaciones que le sacan los colores, que generalmente son sociales. Es raro que alguien esté preocupado por ponerse rojo cuando está solo en su casa; lo que le agobia es que alguien lo vea y se ría.

«Como en otras fobias, hay también ansiedad anticipatoria» , describe el especialista. El afectado se tortura de antemano: «Cuando hable en clase me voy a poner colorado, se reirán de mí, pensarán que estoy nervioso, que soy raro, todos lo van a notar…».

Maldonado asegura que raramente se presenta la fobia al rubor en solitario; es más frecuente que ese miedo sea un síntoma más dentro de una fobia social. Así, la mayoría de los afectados experimentan también otras sensaciones desagradables en su relación con las demás personas -temblor, taquicardia, sudor…- y es frecuente que padezcan «cierto déficit en habilidades sociales», o sea, problemas para comunicarse con los demás en escenarios cotidianos y tendencia al aislamiento.

Tratamiento

El psicólogo, que aplica en su consulta el modelo conductual, destaca que el tratamiento más adecuado para la ereutofobia es «la exposición gradual en vivo con prevención de respuesta». En resumen, se trata de que el paciente se someta a las situaciones que le producen fobia, pero gradualmente: comenzará entrenando una situación social poco agobiante para él (por ejemplo, esperar en la cola del banco), cuando la tenga superada pasará a una que le produzca más bochorno (podría ser entablar una conversación casual con un desconocido) y terminará con lo que considere el colmo de lo sonrojante (una opción es intervenir en un coloquio público).

Si el temor a ruborizarse forma parte de una fobia social, agrega, habrá que aplicar también otros tratamientos, como el entrenamiento de habilidades sociales -aprender a iniciar y mantener conversaciones con conocidos y con desconocidos, decir no, pedir cosas, expresar emociones positivas y negativas, recibir críticas…-, programas de mejora de autoestima y modificación de pensamientos negativos. Algunos ejercicios se hacen en la consulta -mediante un juego de rol con el psicólogo o en grupo con otros pacientes- y otros en la vida real.

Antonio Luis Maldonado es contrario a ‘operar’ este problema sin probar antes soluciones menos radicales, ya que la eficacia del tratamiento psicológico de las fobias es «cercana al 100%». A su juicio, las técnicas quirúrgicas no tendrían que considerarse como primera opción; antes, los afectados deberían saber que hay alternativas para curar la fobia al rubor o la fobia social.

Extirpar el miedo

«Me parece una barbaridad que a una persona, no porque tiene rubor, sino porque tiene miedo al rubor, se le haga una intervención quirúrgica -indica-. En la fobia social también hay miedo a que otros te vean el temblor o el sudor. ¿Qué le extirpamos para que no tiemble? Y si tiene miedo a los ascensores, ¿qué hay que hacer, extirpar todos los ascensores de España…?». Lo correcto, afirma, es lo contrario: «En las fobias no hay que eliminar el estímulo fóbico, sino enfrentarse a él y darse cuenta de que no es peligroso, de que no pasa nada».

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576 respuestas a Vergüenza a flor de piel

  1. Jhoanna dijo:

    Hola..buenas me gustaría que me ayudaran que debo hacer se me está convirtiendo en un problema grave me pongo roja cuando me hablqn, cuando me toca hablar en piblico soy incapaz de exponer por miedo a ponerme roja me da miedo preguntar por que me pongo roja

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  2. Homero dijo:

    Buen dia colegas del enrojecimiento jaja estoy leyendo solo para ver si otras personas le sucede lo mismo…mi caso va mas allá del enrojecimiento, cuando me pongo nervioso y/o paso momentos incómodos no solo me sonrojo sino que también me broto el rostro y los brazos, me dura unos 20 minutos y luego desaparece por completo.
    Hice un tratamiento y mi dermatólogo luego de varias vacunas, cremas y pastillas, di con una pastilla que gracias a dios me dio resultado, su nombre es CABAL y su droga es cetirizina…comenze tomando 2 por dia pero al ver los buenos resultados fui reduciéndola a 1 por dia y ahora la tomo 1 cada 3 o 4 dias…ya no broto como antes y el enrojecimiento disminuyó notablemente, ademas tambien tengo mas tolerancia al sol, cosa que antes no. Bueno eso es todo, simplemente comparto mi caso con la idea de poder ayudar a alguien que padezca algo similar. (hay varias pastillas con la droga cetirizina, por ejemplo CETRILER, y otros nombres que no recuerdo, pero la única que a mi funciona es la CABAL) es venta libre.
    Cualquier duda estoy a su disposición, o si la prueban me gustaría saber sus resultados. Saludos!! ✌

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  3. Camilo dijo:

    A mi me pasa algo parecido pero a la misma ves lo contrario. es decir; Desde que tenia 12 años siempre tuve un pretendiente, mas alla de mi timidez, es mas, mi primer beso me lo dio una de mi curso (hermosa) casi a la fuerza, pero siempre tengo ese problema de enrojecimiento, tuve varias novias, pero aun asi insiste el enrojecimiento, depende mucho las circunstancias, existen momentos donde me expreso en grupo perfectamente sin el efecto de sonrojarse. Personalmente, me quiero a mi mismo (y mucho, ya que tuve varias chica en mi adolescencia y muy lindas por cierto, hehe ), se que tengo capacidad hasta que pre veer algunos problemas (sin mencionar que actualmente estudio INg. Sistemas), en clases o donde sea si tengo la necesidad de preguntar o pedir ayuda lo hago lo único malo en ese momento es el enrojecimiento (no siempre, pero en la mayoria de las veces), cuando me mira una chica con gestos de coqueteo me pone nervioso-sonrojo pero a la misma ves existen momentos donde no me pongo rojo y estoy tranquilo, aparte físicamente soy flaco y «atlético» (practico ciclismo y un poco de pesas, desde chico tuve esa fisionomía lo único es mi baja estatura), actualmente tengo 25 años y sigo con el problema. Es muy complejo el problemilla ese. (en esta nota recalca la falta de; autoestima, pero yo las poseo y no soy «feo», para algunos lo seré pero yo me quiero, y casi siempre hay una que me «coquetea» a lugares que voy, ya saben, eso que te miran-acarician el pelo, mojan el labio, acarician sus….-etcs jeje) A alguien que le haya pasado algo parecido? soluciones?

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    • Andrea dijo:

      Me pasa exactamente lo mismo!
      No estoy muy de acuerdo con eso de la falta de autoestima…..yo…me quiero!
      Soy alta, delgada….dicen que guapa y la verdad yo encuentro ke si …😀
      Sin embargo este rubor que se apodera de mi me mata!
      Tengo personalidad, pero hay momentos en los cuales no puedo evitar ponerme roja…., pero me carga…me inseguriza….y hasta me deprime un poco!
      Quisiera manejar esta situación…pero siento que me predispongo a ponerme roja…..y lo hago.
      Siento un terror horrible en sonrojarme y ke la gente me persiva vulnerable y débil…tímida!
      Tengo un carácter fuerte…sin embargo este problemita me hace sientir muy vulnerable…..😢

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      • Octavio dijo:

        Es muy complejo el tema, me recomendaron pasar seminarios y cursos de teatro o actuación para poder alivianar el momento de enrojecimiento (no la carrera de teatro en general, solo algunos cursos o seminarios puntuales que suelen pasar los alumnos o profesores de alguna Universidad), ya que la actuación-teatro te ayudaran a sobrellevar y talvez ver o sentir de forma cómica la situación y no será tan frustrante el momento. Estoy en eso ahora y me parece bien.

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      • Homero dijo:

        Hola Andrea, me gustaría saber si encontraste alguna solución a tu problemita?

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