Una adolescencia en la oscuridad


fobia-social

Relato de autor anónimo

Recuerdo ese primer día cuando tenia 7 años, mi primer día de colegio, fue la primera vez que lo sentí. A muchos niños les pasa la primera vez, que cuando conocen a alguien o algo se asustan o lo temen debido a la naturaleza del ser humano del temor a la desconocido. A día de hoy con 21 años soy consciente de que ese día sentí como nacía en mi algo tan profundo e intenso como el amor que tenia a mis padres en esos momentos de vida y que sigo teniendo. Ese día abracé y apreté los brazos de mis padres como nunca lo había hecho, no quería separarme de ellos, no podía permitirlo, sentí un dolor y un vacío enorme y tortuoso. Este recuerdo no es peculiar e importante por ser uno de los primeros sino por quién formaba parte de él, el Miedo. Sentí como me despertaba del sueño en el que vivía en el cual solo existía el amor,  la vida me estaba haciendo saber que no era solamente algo bello,  sino también  miedo, sufrimiento y desgracia. Ese momento fue la escena del primer ataque cruel , fue la puesta en escena de aquel que se iba a adueñar y apoderar de mi, fue el nacimiento de aquel que me condicionaría el resto de mis días y me haría vivir como un prisionero de mi propio ser… Toda una adolescencia perdido en un laberinto sin salida, sintiendo cada día como algo desconocido me acompañaba en todo momento, viviendo cada situación como una prueba a la que estaba condenado a enfrentarme. La vida me estaba enseñando a dejar de ver el sentido en ella y sobre todo en mi.

Miedo, ansiedad, nerviosismo, angustia, tristeza, culpabilidad, soledad y vacío me han acompañado a lo largo de mi corta existencia. Para mi el día a día consiste en que nivel de intensidad esta mi miedo y ansiedad, según la intensidad sobrellevo el día. Digamos que cuando en vez de vivir, sobrevives, la vida no tiene sentido o por lo menos para mi.

Es hora de darle un nombre a todo ese miedo y ansiedad del que hablo. Todos tenemos el miedo y la ansiedad en ciertos momentos, son mecanismos de adaptación cuyas funciones nos avisan urgentemente de un peligro. Pero cuando ese peligro en vez de ser consecuencia de algo real y coherente, es consecuencia de algo anormal, desadaptativo, irracional, donde los protagonistas de todo ello es el sufrimiento, el  vacío  existencial y el sentimiento de la muerte como una suerte, algo en tu interior te dice que has llegado al limite y que o haces algo diferente y rápido a lo que llevas haciendo hasta ahora,  a lo que te ha llevado a esta situación de desgracia , o la vida  terminara acabando para mi. Este momento supone buscar el por que a lo que siento, a buscar el por que no puedo estar bien y disfrutar de la vida cada día. ¿Si no nos sentimos bien estando vivos, para que vivir? Es mejor morir, que estar muriendo en vida. Uno no llega a esta conclusión porque un día se levanta mal al sufrir algo adverso, sino que esto se produce cuando cada día, mes, año que pasa ves que ese sufrimiento parece no tener fondo y mucho menos un fin. La vida se convierte en un amor imposible, sientes que deseas y quieres amarla pero ese deseo es sepultado una y otra vez, y pasa a ser un deseo inalcanzable. Ese deseo inalcanzable no es mas que querer estar sano y querer ser feliz con uno mismo.

Tras años de incomprensión absoluta, donde poco a poco ese deseo de bienestar se va alejando y alejando mas, donde los mejores momentos son con alcohol de por medio, y el miedo y la ansiedad han llegado a un nivel que ya uno no puede soportar debido a su agresividad y malicia, uno decide por fin, por consecuencia de la situación tan delicada y limite, sacar lo que lleva dentro. Y no hay mejor manera que contándoselo a tus personas más allegadas. El sufrimiento había hecho en mi que solo existiera una vela parpadeante con peligro de apagarse, dentro de una enorme mansión oscura sin salida…

Comienza una etapa nueva de búsqueda hacia el origen y el por que de este sinsentido tan penoso que está siendo mi vida. Tras pasar por varios psicólogos y tratamientos antidepresivos, en los cuales no encuentro más que ilusiones fugaces, vacías y falsas de una posible recuperación y cura a mi problema, llega una esperanza de luz llamada Eneagrama. El Eneagrama es una herramienta psicológica, constituida tras muchos años de experiencia y dedicación en la búsqueda del por que de lo que pensamos y sentimos. Yo siempre inconscientemente me preguntaba el origen de todos mis pensamientos y sentimientos, intentando de alguna manera poder explicar por que todo este calvario. Con el conocimiento de esta herramienta por fin entró en mi vida lo que necesitaba para poder sacar fuerzas y poder intentar luchar contra todo mi sufrimiento, por fin tenía una respuesta ante miles de incomprensiones. Con su conocimiento gracias a  mi primer   psicólogo de verdad, digo que fue mi primer psicólogo ya que fue el primero quien antes de ser psicólogo fue persona, una persona que me hizo sentir desde el primer momento credibilidad y confianza, lo cual para mi fue de vital importancia; me ofreció y me abrió hacia dicha herramienta y me hizo creer que lo que me pasaba lo podría superar creyendo en mi desde el primer momento; comencé a tratar los orígenes que había detrás de todo lo que sentía con el fin de poder comprenderlo y por que no, superarlo. Pero la complejidad de mi problema no iba a permitir que esto fuese un camino sencillo donde el positivismo y la ilusión predominaran ante él. El miedo seguía siendo el mismo que años atrás y la ansiedad y la imposibilidad de vivir en paz seguía siendo el pan de cada día. Mi vida seguía siendo un mar de incomprensión donde las olas del sufrimiento me hacían sumergirme en el vació y la desesperación. La vida puede llegar a ser maravillosa pero también puede ser la peor de tus condenas. Tener conocimientos acerca de lo que piensas y sientes es el principio de una nueva dimensión mas allá  de lo ya desgraciadamente vivido, es tener un chaleco salvavidas en ese mar de incomprensión y angustia. Pero ello no supone la cura de mi mal,  sino un aliento de esperanza. Esta cosa inherente a mi, desde bien pequeñito, no iba a temer a la esperanza, el miedo es tan fuerte e intenso como el amor hacia una persona, como al de nuestros padres. Es esa cosa que sabemos que existe pero que no encontramos el método eficaz de darle una respuesta consciente que nos haga entender por que tenemos que tener miedo a algo y nos haga dejar de temerlo para poder vivir cada momento de la vida como un regalo.

Pero una vez presente la esperanza, surge la ilusión y la cual te lleva a buscar y profundizar en  el obstáculo que te impide sonreír cada día. Cuando esa ilusión que llevamos todos en nuestro interior de estar bien y vivir desde la máxima felicidad posible está presente en nuestro interior, surge una luz que te hace enfrentarte a aquello que pensabas que jamas podrías superar. Esa luz es la salud que forma parte de nuestra naturaleza y que aun sin saber de donde venimos y por que existimos, nos hace sentirnos parte de esta misteriosa e inexplicable y grandiosa vida. Esa luz, que estaba prisionera en las mazmorras de la enfermedad, no es más que el simple conocimiento y comprensión del por que a todo mi sufrimiento. Lo simple y sencillo que parecía imposible de ver, pasa a ser lo verdaderamente maravilloso y necesario para  vivir, para volver a sentir, para volver a amar, para volver a sonreír sin pedir permiso o teniéndotelo que ganar como si de algo material se tratase.

El causante de todo mi mal, el desencadenante de todo mi vacío y dolor, el dictador de mis pensamientos y sentimientos, el asesino de mi sentido de la felicidad, el desconocido invisible capaz de hacerme sentir la muerte como la mejor de mis suertes, el culpable de que toda una adolescencia se halla basado en la angustia, en el sufrimiento, en el vacío y en el deseo de no vivir como huida del castigo que supone vivir mi vida; se haya agazapado en lo más profundo de mi interior, en la zona más oscura y escondida donde la inconsciencia es la dueña del lugar, donde los únicos capaces de llevarte a la verdad de su existencia, inhumana,  son el sufrimiento y el vacío, el cáncer de mi existencia: la Fobia o Ansiedad Social.

Uno no comprende que tiene algo mas allá de un simple miedo o temor hasta que su vida llega al caos más absoluto, al punto donde ya todo eso a lo que tenia miedo pero deseaba ya ni siquiera está a un alcance real. Ese miedo que me hacia temer lo que deseaba  en vez de ser algo que me ayudase en la consecución de ello, no solo no me ayudó sino que fue el culpable de que todo aquello que quería fuese el mayor de los imposibles. Os hablo de lo que es dicho trastorno y la incapacidad que supone en el desarrollo personal y espiritual de una persona. Se trata de un trastorno mental, caracterizado por la entrada de pensamientos intrusivos, persistentes e irracionales en la mente, los cuales provocan los sentimientos de miedo y ansiedad tan profunda e incapacitante. El pensamiento intrusivo es aquél sobre el que gira la idea irracional, la cual te perturba haciéndote caer en el vacío de la obsesión y en el pozo de la agonía, sin que puedas ser consciente de ella,  causándote un sufrimiento extremo  Este trastorno tiene un patrón similar al Trastorno Obsesivo Compulsivo, en el cual la obsesión que forma y da vida al  trastorno  es la que rige y condiciona tu vida. En la Ansiedad Social la obsesión gira en torno a la relación de uno mismo con los demás. La persona Fóbica siente un miedo desmedido y obsesivo que le causa una ansiedad imposible de soportar y sobrellevar. La persona ve en las relaciones sociales aquellas pruebas que tiene que pasar para poder vivir y desarrollarse. Esa persona no odia a las demás personas o es una persona que no le guste la gente, todo lo contrario, como seres sociales que somos por nuestra naturaleza, la persona necesita a las demás para vivir de una forma plena y gratificante. Ahí es cuando te das cuenta de que algo en ti no va bien, cuando va en contra de tu propia naturaleza, cuando el  amar y el  ser amado es una utopía. Ese pensamiento obsesivo se caracteriza por el miedo tan profundo a poder no ser aceptado, rechazado o no amado por las demás personas. La persona siente en la interacción social una ansiedad en sus pensamientos que se ven reflejadas fisiológicamente (palpitaciones, náuseas, estomago cerrado, rubor, etc.), debido a la gravedad que supone tener este trastorno. Es un miedo incontrolable a sentirte inferior, a poder ver que no eres inteligente, a poder sentir que no eres interesante y querido por los demás. Sientes como cada palabra, cada gesto, cada mirada de alguien tiene una importancia fundamental y ello te produce  tal presión y tal angustia que termina por hacerte imposible la interacción con los demás.

El miedo hacia los demás, en los cuales pones el medidor de valía que posees, pasa a ser el patrón de tu vida, suponiendo con ello la dependencia de tu bienestar en cada reacción de las demás personas. Imagina vivir viendo que a tu alrededor está todo, que no falta de nada, que simplemente tienes que disfrutar de todo lo que hay en tu vida para alcanzar ese bienestar, que tienes la suerte de tener buenas virtudes, buena familia, buena economía, es decir, lo necesario para que la vida merezca la pena y más; e imagínate a su vez como si Dios te dijera:”Lo tienes todo a tu alcance para ser feliz, lo puedes ver, sentir, tocar, pero dentro de ti va a coexistir el miedo a ser rechazado, a no ser querido o amado, verás en las demás personas los jueces de tu sentido en la vida;  todo tu bienestar y sufrimiento dependerá de como las demás personas te vean, y ante esa circunstancia tu miedo a no ser valioso ante los demás será tan intenso y profundo que cada situación social te producirá tal ansiedad y angustia que las querrás evitar en todo momento. Te dejaré que las evites para que tu sufrimiento sea menor, pero si las evitas no tendrás a nadie que esté ahí para apoyarte, para comprenderte, para animarte, para disfrutar de ellas y ellas contigo, solo te dejaré que vivas esos momentos en tu imaginación aunque después te recordaré que solo esté en tu mente y que es irreal,  estaréis solos tu y el miedo y el miedo te hará culpable de ser tan desgraciado, inútil, tonto, de no ser inteligente, de no ser interesante, de no ser gracioso y tener sentido del humor en todo momento, te culpabilizará de ser soso, subnormal e inerte, y te recordará que por culpa de todo ello estás solo y vacío en la vida”.

Y ante la impotencia y la incapacidad de ver el sentido a esta paradoja que es tu vida, le preguntas:”¿Pero la naturaleza que brindaste al ser humano no era la de ser un ser sociable que tiene en sus genes la capacidad y facilidad de sentirse feliz con los demás? Al hacer la pregunta uno se da cuenta de las vacías y engañosas creencias que tiene el ser humano para la comprensión de la verdad de nuestra existencia. Al nacer buscamos ese amor, afecto y comprensión del por que de nuestro nacimiento y estancia en este mundo y ahí encontramos a nuestros queridos padres. Una vez que sabemos que la vida no es infinita y que esos padres que  nos dieron el amor, el afecto y la comprensión necesaria para darle sentido a nuestra vida, morirán  y nos dejaran ese vacío, el ser busca por su naturaleza creer en un padre eterno, en sustitución de esos padres reales y auténticos, para poder llenar ese vacío que supone el no conocer nuestro origen existencial. Buscan un padre supremo que les proteja de este sinsentido que es la vida, un padre ideal que sustituya a esos verdaderos padres que llenaron con amor y afecto nuestras vidas, pudiéndole dar a ésta un sentido verdadero. Creo que la mayor desgracia y desequilibrio en el ser humano es la incapacidad de saber quienes somos, por que estamos aquí y cual es nuestro sentido en ella. Esto supone tal vacío en nuestra alma que nuestro instinto de supervivencia emocional nos crea una ilusión que nos hace creer en un sentido que responda a la necesidad del por que de la vida y del por que de nuestro ser.

Esa recreación de conversación con Dios no es más que una forma de describir la pureza y la realidad de todos mis sentimientos. Unos sentimientos que te hacen ver mas allá de la simple existencia.

La Ansiedad Social es el cáncer de mi ser. Este trastorno se convierte en el causante de todo el sufrimiento vivido, de la esclavitud de mis pensamientos y de la falta de contacto con la libertad necesaria para poder ser uno mismo, auténticamente y esencialmente, y poder sentirme en paz. Tener este trastorno supone un factor tremendamente condicionante en la persona, el pensamiento obsesivo está presente durante todo el día, cualquier situación social supone un esfuerzo atroz hasta que acaba. Incluso posteriormente de la situación, el pensamiento intrusivo sigue presente en la mente de forma muy intensa, en muchos casos donde la culpabilidad se convierte en el peor de los sentimientos, llevándote a la miseria interior más absoluta. Cuando el miedo que causa el trastorno se apodera de la persona y cuando tal ansiedad y angustia son los dueños de la mente, la persona fóbica no le queda otra que evitar dichas situaciones. Uno se da cuenta de que así nunca solucionará este problema, pero la posibilidad de poder dejar de sufrir en esos terribles momentos se vuelve tan vital que hace que la evasión de las situaciones sociales sea la única solución posible. Aquí es cuando ese trastorno ha conseguido su objetivo, llevar a la persona al vacío y al sinsentido mas absoluto, ya no hay apenas a lo que temer porque ya no hay personas cerca con las que interaccionar debido a la constante y crónica evitación de ellas. Creo que este trastorno solo tiene una va para su curación: el conocimiento del mismo. Hay personas que han estado años y años tratando de tener una vida normal con sus respectivos trabajos y la consecución de muchos objetivos que una persona se propone, y a pesar de ello siguen sintiendo un miedo y una ansiedad que sí, les permite vivir y cumplir con funciones de la vida, pero ¿de que sirve ello si esa persona no puede desplegar toda su capacidad para ser feliz? ¿Que es la vida sin el sentimiento de bienestar y paz interior?: el vacío, la nada, el castigo de estar vivos. Vivir así carece de todo sentido, la vida no puede llegar a ser una supervivencia cada día, no puede ser una lucha  contra algo que solo te hace mal, que va contra tu propia naturaleza y que su objetivo es el de hacerte sufrir sin ningún motivo racional, haciendo de tu  ser un juguete en manos de un niño enrabietado… Desgraciadamente esto es la Ansiedad Social.

Escribir todo esto supone para mi un gran avance y desarrollo en lo que respecta al trastorno. Después de varios años de calvario pero también de mucha experiencia y aprendizaje, soy consciente que para tener la esperanza real de solucionar este grave problema, sacarlo de dentro hacia fuera, hacia los demás, es uno de los pasos más importantes en dicha superación. Esconder el problema dentro de ti solo crea su alimentación y su estancia indefinida. No se puede superar ignorándolo, creyendo que ya se irá, porque cuanto más inconscientes seamos de su existencia, más daño y sufrimiento nos hará. Decir todo esto puede sonar fácil, pero para llegar a esta situación he tenido que pasar por momentos en los cuales mi única salvación era morir y liberarme de esta oscura y maldita vida. He podido no poder contar y exponer todo esto, ya que los que entendáis lo que supone tener este trastorno, tener Ansiedad Social, sabéis que te lleva a los limites más extremos, donde el estar vivo pasa a un segundo plano… Si algo puedo he aprendido a lo largo de toda mi experiencia con el trastorno es que cuanto más busquemos y profundicemos en el origen y en el por que de este problema, más cerca estaremos de su superación. Es algo complejo, difícil, algo sin el más mínimo sentimiento de piedad, pero una vez lo vas conociendo mas y mas, se llega a ser consciente de que dicho trastorno no forma parte de uno mismo, sino que es una enfermedad más que cumple su función de hacer daño al ser. La enfermedad forma parte de nuestras vidas, y asumirlo es la mejor de las opciones, porque solo así podremos buscar los métodos para poder combatir contra ella. Somos salud y enfermedad, pero solo la salud te hace ver algo mas allá que un simple cuerpo formado por creencias egocéntricas e irracionales. ”Crecer y superar la adversidad significa deshacerse de todas las cargas que a uno le impiden avanzar y desarrollarse como alma, solo así podremos desplegar nuestro mayor potencial hacia  el único sentido real y auténtico de esta vida, la Felicidad.

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Una respuesta a Una adolescencia en la oscuridad

  1. caty dijo:

    socorro, ayuda

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