DESPERTAR
Desperté cansado, como todos los días. Me sentía como si un tren me hubiese pasado por encima.
Abrí un ojo y no vio nada. Abrí el otro y vi las vías.
©Norberto Costa
SIEMPRE HAY UNA DISCULPA PARA SALIR A BEBER
Me compré una barra de bar porque quería dejar de salir a beber por ahí. Nada más montarla, me puse a un lado de la barra y pedí una cerveza. Fui al otro lado y pregunté: «Con alcohol o sin alcohol?» Me cambié otra vez de sitio y contesté: «Con alcohol, imbécil!» «Imbécil será usted!», me respondí. «A mí nadie me trata así», contesté, «me voy a otro bar». Al salir di un portazo. Allí quedó el otro con su mierda de negocio.
©Jesús Alonso
AL OTRO LADO
No sabía cuánto tiempo llevaba parado frente a ese escaparate. El suficiente para que sus recuerdos hubiesen pintado aquel cuadro de gente pasando detrás de él y un rostro, que no era el suyo, le mirara reflejado desde el cristal que le separaba del paisaje.
©Pedro Ramos
MENSAJES EN EL CONTESTADOR
Vivo solo. Aunque a veces, en el trabajo, marco el número
de teléfono de mi casa. Y pregunto por mí.
©José Mª Cumbreño
SUEÑO
Una vez soñé que escribía un cuento. Al despertar del sueño también desperté del cuento que ahora cuento como un sueño escrito.
©Luis Enrique Mejía Godoy
SON UN HOMENAJE AL TIEMPO. APENAS VIVO PARA VIVIR.
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