Seguro que en algún momento has dicho o has escuchado a alguien el término «estoy de bajón».
El bajón anímico es un concepto que podemos diseccionar y traducir en los sentimientos que implica. Básicamente cuatro:
Tristeza
Consiste en un cierto apagamiento anímico, como si estuviéramos menos vitales. Puede estar producida por un hecho en concreto o por la suma de varios factores que no se resolvieron en su momento y han producido una reacción en cadena. También pueden influir vivencias que supongan una ruptura con nuestros propios sueños e ilusiones. También es posible sufrir la tristeza propia de la envidia pues algunas personas están de bajón porque tienden a compararse en exceso con los demás.
Pesimismo
El bajón anímico suele ir acompañado de cierto grado de pesimismo aunque sea moderado. Surge una forma de pensar en la que la realidad parece tener un color gris.
Apatía
El bajón anímico también suele estar asociado con cierto sentimiento de apatía. La persona tiene que hacer un esfuerzo extra para afrontar las rutinas cotidianas sin dejarse arrastrar por la pereza o por ese sentimiento de: «¿Para qué voy a esforzarme?».
Introspección
En el momento de bajón anímico, se produce el deseo de mirar hacia dentro de uno mismo, la persona pone el foco de sus conversaciones en sí misma. Pueden surgir pensamientos que nos conduzcan a culparnos, infravalorarnos, auto compadecernos, ideas que se asientan en la mente y con las que debemos tener especial cuidado para no dejar que echen raíces en nosotros.
La verdad es que cualquier persona, incluso la que tiene una mayor tendencia hacia el optimismo, puede vivir momentos en los que se siente de bajón. Las decepciones y los desencantos personales son muy humanos y cuando los vivimos, nos duelen y necesitamos un periodo de duelo para pasar página y sanar la herida.
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Salud, en el año 2017, se presentó el primer «Estudio sobre el estado de ánimo de los españoles».
Casi 8 millones de personas en nuestro país confiesan sentirse tristes y afirman pasar entre 3 y 4 días de bajón cada semana.
El 75% de los españoles afirma tener al menos un día de bajón a la semana.
En cuanto a si acuden a alguien cuando están con bajo estado de ánimo, el 60% de los españoles no acuden a nadie, es decir, se tragan sus propios problemas y lidian por su cuenta con el desánimo, sin acudir a especialistas o a personas cercanas que puedan ayudarlos a pasar los malos momentos.
Las parejas ayudan a superar los malos momentos anímicos y también sirven para prevenirlos. Esa es una de las conclusiones que se extraen al comprobar que los españoles casados y comprometidos son los que menos se desaniman pensando en el futuro en comparación con solteros, divorciados o viudos.
Para solucionar los bajones en el estado de ánimo, el 44% de los españoles toman vitaminas o suplementos alimenticios (¿efecto placebo?).
¿Cómo superar un bajo estado de ánimo?
En Piscología y Mente nos recomiendan unas pautas básicas acerca de cómo subir el estado de ánimo:
1. Evita el aislamiento
Cuando nos sentimos con el ánimo bajo, tendemos a adoptar una actitud muy pasiva, de modo que muy fácilmente nos quedamos en casa. Esto, es lo que “nos pide el cuerpo” en estas situaciones, pero hace que perpetuemos las dinámicas de comportamiento que alimentan el estado emocional que nos domina.
Así pues, un cierto grado de obligarse a uno mismo a socializar es sano y nos lleva a aumentar nuestras posibilidades involucrarnos en situaciones estimulantes que nos activen mentalmente.
2. Duerme bien y come bien
Mantenernos en buen estado atendiendo a nuestras necesidades biológicas básicas puede generar grandes cambios en nuestra faceta emocional. Así pues, algo tan simple como dormir las horas adecuadas y llevar una dieta sana y equilibrada ayuda a que no entremos en un estado de decaimiento que en realidad puede ser la consecuencia de la falta de energía.
3. Haz ejercicio
Para subir el ánimo es bueno activar el propio organismo. Y hacer ejercicio o jugar a algún deporte es una buena manera de conseguirlo. Es mejor si se trata de un deporte y no de una serie de movimientos para trabajar los músculos, pues nuestro foco de atención queda centrado en un objetivo al cual queremos llegar.
4. Exponte a la risa
Reír es algo cuyos efectos no solo se hacen notar en el momento de la carcajada. Deja una huella anímica en nosotros que puede producir un cambio cualitativo en nuestro estado psicológico. Acudir a monólogos o verlos en internet, leer género cómico, bromear con amigos… Hay muchas maneras de exponerse a los efectos beneficiosos de la risa.
5. Cambia de hábitos
El simple hecho de cambiar de hábitos puede producir cambios muy positivos en el estado de ánimo, siempre que éstos nos orienten hacia metas que sean significativas para nosotros. Por ejemplo, empezar a aprender algo nuevo por el que siempre habíamos sentido debilidad, puede aportar un sentido de propósito que nos motive y, con ello, nos sintamos ilusionados al ver nuestros avances.
Existe un consenso general para definir los síntomas que tiene que presentar una persona para diagnosticarla depresión:
En primer lugar, tiene que haber un estado de ánimo bajo, o bien presentar una falta de interés general por la vida.
Y luego, al menos cuatro síntomas: afectar el sueño, al sexo, a la alimentación y a las funciones cognitivas.
Por último, que estos síntomas se alarguen en el tiempo y esté afectando a la vida de manera importante, porque no permita a esa persona continuar haciendo su vida normal, familiar, laboral y social.
Enlaces consultados
https://www.psicologia-online.com/sentimientos-frecuentes-en-un-bajon-animico-391.html





