Efectos indeseados de las fiestas


Carlos Romer escribe en un artículo publicado en la sección Sociedad del diario argentino Perfil:

Los médicos afirman que los fóbicos sociales sufren más en Navidad y Año Nuevo que durante el resto del año Los ataques de pánico y la fobia social se potencian durante los festejos de fin de año.

Las reuniones familiares, el peso de las ausencias y el estrés de las compras del mes de diciembre incrementan las consultas recibidas en los centros de salud mental. La mayoría de los trastornos de ansiedad se da entre los 20 y 40 años, y las más afectadas son las mujeres. Hablan pacientes ya recuperados y los especialistas analizan cuáles son los tratamientos más exitosos.

Sentarse a la gran mesa navideña, recordar a los que ya no están, reflotar viejas peleas familiares, el balance de logros y fracasos; situaciones que dan vida a una espiral de ansiedades que muchas veces se tornan insoportables.

“Esta es una época donde los ansiosos en sí la pasan muy mal. Pareciera que el país se termina en una semana y el nivel de tensión explota”, explica el psicólogo Gustavo Bustamante, de la Fundación Fobia Club, entidad en donde perciben un sensible incremento de las consultas pre y post fiestas. Entonces, el “espíritu navideño” potencia cuadros como los ataques de pánico, ciertas fobias específicas (por ejemplo, a la pirotecnia), la ansiedad generalizada (se cree que en pleno festejo pasará una desgracia) y, ante todo, la fobia social: el temor a exponerse en público.

“Los fóbicos sociales sufren mucho en estos meses –asegura el psiquiatra Enzo Cascardo, del Centro de Investigaciones Médicas en Ansiedad– porque hay más situaciones de interacción con desconocidos y con un grupo familiar ampliado. Puede que con gran dificultad el sujeto se exponga a las reuniones o que directamente las evite y se evada, frustrándose todavía más”.

Sea porque tienen que ir a la casa de gente que no les agrada, encontrarse con otros con quienes no se hablan o por la ausencia de un ser querido, las fiestas pueden ser un calvario para personas con predisposición a sufrir estas enfermedades, y lo que debería ser motivo de festejo familiar se transforma en una dínamo con capacidad suficiente para llevar la ansiedad a niveles patológicos.

La ansiedad es parte de un sistema de alarma biológico que prepara al cuerpo para la lucha o la huida, ayuda a identificar peligros y permite crear estrategias de enfrentamiento. El trastorno surge cuando ese sistema se apresta a recibir un peligro que no existe como tal. “Hay una teoría –relata Bustamante– según la cual el miedo fue necesario en una etapa del desarrollo humano, para alejarse del riesgo”. Superado ese estadío, las fobias serían un resabio, una desviación de ese mecanismo. Hoy se entiende que la raíz de la ansiedad patológica está en una predisposición genética, que se combina con cierta vulnerabilidad psicológica y un factor desencadenante.

Entre los cuadros de este tipo, la fobia social (también llamada trastorno de ansiedad social) es uno de los más difundidos y, al mismo tiempo, de los menos detectados, ya que para muchos pasa por un rasgo de la personalidad. Como si se tratase simplemente de una timidez exagerada.

“Es uno de los casos que más atendemos”, afirma Daniel Bogiaizian, director de la Asociación Ayuda. Empieza siendo una preocupación sobre cómo manejarse en eventos sociales y termina por conducir al aislamiento. “Y más en esta época. En la fiesta navideña está toda la familia y pensemos que a veces el fóbico social no puede siquiera comer en público”, señala el psicólogo. “Quién no recuerda a ese primo, al que todos llamábamos retraído, que salía de la pieza sólo para el brindis y porque lo llamaban, y que después volvía a la habitación”, dice Bustamante.

El enfermo acaba por recluirse, y muchos recurren al alcohol. Según la investigación, casi el 40 por ciento de los pacientes tuvo abuso de sustancias. Se estima que el alcoholismo es dos veces más frecuente en fóbicos sociales que en la población general.

Volver a vivir. Se estima que con el tratamiento adecuado, el 70 por ciento de los enfermos logra superar su trastorno, aunque existe la posibilidad de recaídas. Si bien al mes ya hay mejorías, todo el proceso dura en promedio un año y medio, y el paciente puede incluso dejar de usar la medicación (antidepresivos y ansiolíticos). Un estudio de la Asociación Ayuda mostró un 80 por ciento de efectividad en casos de pánico, con un 45 por ciento de algún tipo de recaída pasados dos años.

Cascardo señala que el trastorno obsesivo-compulsivo y la fobia social son los más difíciles de tratar, porque el sujeto se acostumbra a vivir con ellos. Así y todo, los cuadros suelen ser complejos, con más de una patología al mismo tiempo, como sucede en el pánico con agorafobia.

Como sea, especialistas y ex enfermos tienen un mismo mensaje para los miles que sufren estos males y que cuando se acerca esta época del año sienten que todo se les hace aún más difícil: eso que les pasa tiene un nombre, muchos otros lo padecen y, lo más importante, puede curarse.

La Navidad era una época angustiante. Durante 23 años, Alicia Sodor (40) no podía tomar un autobus, caminar sola por la calle, o compartir la mesa navideña sin que todo eso fuera una tortura. Sus ataques de pánico convertían cuestiones cotidianas en misiones imposibles. “La Navidad era un momento muy angustiante. El tema de dónde pasarla, tener que salir de casa, era terrible. En todos esos años nunca tuve una feliz Navidad ni un feliz Año Nuevo”, recuerda.

Su primer ataque fue en la secundaria. “Fue como si a partir de ese día se cortase la luz. Pasé años intentando encenderla de nuevo.” Paseó por un sinfín de especialistas que le decían que estaba perfecta. También hizo terapia, pero al final estaba tan mal que no podía siquiera ir al consultorio. Hace un año que dejó atrás el pánico y la agorafobia (el temor a los espacios públicos) y es coordinadora en el Fobia Club.

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9 respuestas a Efectos indeseados de las fiestas

  1. Maribel dijo:

    Hola todos, quisiera saber si es más efectivo un tratamiento con un psicologo o es mejor un psiquiatra, en mi caso pues llevo mas de 20 años con este problema.

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  2. rosa dijo:

    Hola Ignacio!Me alegra mucho saber que mi comentario ha servido de utilidad. En principio, no te recomiendo un tratamiento médico, a no ser, claro está, que como en mi situación, ya estes totalmente desesperado. Comencé tomando esertia 10mg, pero sus efectos secundarios no me acababan de convencer, por lo que se lo comenté a mi psiquiatra y me retiró el esertia por el frosinor 20mg, tomándomelo simultáneamente con trankimazin 50 mg, para que a la vez, evitara tanto nerviosismo, ya que de parte tarde solía tener ataques de ansidad. Pues he aquí mi tratamiento. Todo ello necesita receta médica, por supuesto. Un saludo!

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  3. ignacio dijo:

    Yo tengo tendencia a la angustia en general, pero puntualmente tengo fobia a hablar en público desde hace muy poco. Quisiera preguntarle a rosa que medicación toma y cómo. Ya estoy en psicoanálisis y ando con ganas de ir a a un psiquiatra. Me alentó mucho el comentario de rosa.

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  4. rosa dijo:

    Hola a todos!Karen tiene mucha razón, no hay nada más importante para comenzar un tratamiento de curación que el simple hecho de reconocer que se está enfermo, ojito, que no es fácil. Te comento brevemente el proceso de mi tratamiento: comencé acudiendo a mi psicólogo, al año, al no ver resultados, pedí ayuda psiquiátrica (imagínense…) y desde octubré (comienzo de mi tratamiento) hasta actualmente, no soy la misma, caray!, que alivio. Con esto, quiero aportarte una pizca de esperanza, y ójala, así haya sido. Saludos!

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  5. Karen dijo:

    Lo mejor sería que iniciaras un tratamiento psicológico, son largos a veces y tardas en ver resultados, pero admitir que necesitas ayuda ya es un comienzo, cuando se tiene fobia social ya pedir ayuda da un miedo enorme, así que al menos ya haz dado un paso.

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  6. desconocido dijo:

    Por culpa de La fobia social estoy perdiendo los mejores años de mi vida,¿alguien me puede ayudar para que no pierda los años próximos? Por favor, ayudadme. Algunas veces le digo a mi madre que tengo un problema que es la fobia social y me dice…niño eso lo tenemos todos y yo sé que tengo un problema. Ojalá haya alguien que me pueda ayudar. Adios y gracias.

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  7. rosa dijo:

    ¡¡Hola a todos una vez más!!, en especial a Gloria, a la cual me gustaría decirle que cuando he leido su comentario me ha recordado a mí misma cuando era septiempbre 2006, cuando yo también me decía que nunca en la vida me iba a curar, y si tienes, esperanzas, aquí te aporto otras poquitas más: llevo dos años con fobia social, desencadenada a causa de una depresión. Nunca más me volví a «imaginar» siendo feliz, y hoy por hoy, y gracias a Dios, llevo 3 meses lindísimos de vida,ya puedo gritar al mundo entero que soy FELIZ, y lo juro. Eso sí, gracias a un tratamiento psiquiátrico, ya que apesar de llevar a cabo una terapia cognitivo-conductual con mi psicólogo estos dos años, lo que más me ha ayudado ha sido este tratamiento a base de antidepresivos y tranquilizantes. Por eso, me ha salido del alma el quererte comentar mi caso, y que por lo menos, este comentario (aparentemente insignificante), sirva para algo y para muchas personas, que cómo en nuestros casos, han padecido o padecen fobia social. Cuidénse mucho, sobre todo el alma! Os quiere Rosa. Un besazo!!

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  8. GLORIA dijo:

    Realmente leer esto me da muchisima esperanza para mi tratamiento….pense que no me iba a poder curar y realmente tengo ganas de vivir !es una enfermedad que solamente la persona afectada sabe lo mal que se puede llegar a sentir uno .Se pierden las ganas de vivir y eso es muy triste .

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  9. Es cierto lo de las fobia sociales, pero también que los medios son los que ocasionan esto.

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