Realizan un proyecto para detectar si 2.500 alumnos sufren ansiedad social
Fuente: Ideal.es. 2006. Mónica Lopera. JAËN
Suelen presentar problemas de aprendizaje, bajo rendimiento escolar o depresión. Son niños generalmente callados y obedientes que se convierten en el blanco perfecto de compañeros violentos, teniendo una gran probabilidad de sufrir el llamado ‘bullying’ o acoso escolar.
A simple vista, para padres y profesores, el problema del alumno no es otro que simple timidez, pero su comportamiento puede estar originado por una enfermedad poco conocida y, sin embargo, muy extendida entre niños y adolescentes: la ansiedad social, un trastorno que si no se trata a tiempo puede convertirse en crónico.
De ahí que un equipo de profesores del área de Psicología de las Universidades de Jaén y Granada vaya a realizar en los próximos meses un estudio para detectar, evaluar e intervenir a adolescentes con este tipo de problemas en Jaén. El proyecto, que está financiado por el Instituto de Estudios Jienenses, la Diputación y el programa Ramón y Cajal del Ministerio, se ha realizado antes en otras ciudades españolas y pretende no sólo detectar los posibles casos existentes, sino también realizar actuaciones proactivas con el fin de llevar a cabo una detección precoz, algo que, según indica uno de los componentes del equipo que lo ejecutará, Luis Joaquín García López, «es muy relevante en la eficiencia del tratamiento».
En total, las pruebas se desarrollarán en diez IES de la capital, abarcando aproximadamente a unos 2.500 alumnos de 14 a 17 años, que previamente deberán contar con un permiso paterno para poder ser evaluados. Además, los propios padres también estarán incluidos en el tratamiento en el que caso de que el niño lo necesite. Actualmente, se ha comenzado la fase de detección, aunque la evaluación y el tratamiento no se llevará a cabo hasta el mes de septiembre, extendiéndose el seguimiento hasta noviembre de 2007.
No llaman la atención
Por experiencias anteriores, el profesor García López afirma que «lo habitual es que en torno a un 8 por ciento de la población adolescente sufra ansiedad social», de ahí la importancia de detectarla a tiempo y actuar sobre ella, ya que los niños con este problema son a menudo reacios a requerir ayuda y sufren en silencio su trastorno. Ellos no destacan tanto como, por ejemplo, aquellos que tienen hiperactividad o problemas de conducta, que reciben, por lo general, más atención por parte de los maestros y de los padres por la interferencia que ocasionan en clase y en el hogar.